Palabras para el alma
Vivir es un continuo preguntar, una búsqueda de expresión, de un encuentro con le "mot juste"
Y de pronto, oh prodigio la pena se hizo música
y la música orbe, gloria, miembros y cuerpo
y alma tangible, nuestra, alma de oro obtenido
Gerardo Diego-La luna en el desierto y otros poemas
No encuentro en el sosiego la palabra,
en la falsa paz del descanso loco;
no encuentro la palabra, ni el silencio,
ni en las lluvias de otoño ni en sus olmos
naranjas y azulados y azotados,
en la ciudad que en un toser camufla,
enrevesados e indescifrables
frágiles, versos de las placas viejas,
poemas de su noche fluorescente:
estridente, ambiciosa, sin alondras.
No encuentro más que entre hojarasca vieja,
polvo almacenado, crujir chirrioso,
las voces olvidadas, arcaicismos,
de lo que pudo ser ayer poesía
y yace en el olvido, entre las cuerdas
de un piano carcomido por el uso,
de unas manos plomizas silenciadas,
y aguijones en punta minuciosa.
Se mojó la idea al pisar el charco,
el nuevo lodazal, cimiento lento.
Se secó la ilusión, vino el vacío,
el frío latente, cuadrado helado,
sequedad de espíritu enmudecido,
cautivo, su alarido silenciado,
del falso deber y el nunca mañana
siempre confinado, mudas sus quejas,
en las redes del proyecto eterno.
No encuentro la palabra, quizás la ignore
y desee vivir a la bartola,
derribado en la ignorancia y lo prosaico,
encerrado en los sueños sin lenguaje
hombre hosco de voz ronca, león cobarde,
águila sin vuelo, cencerro mudo,
hormiga débil, pétalo sin savia,
silencio eterno, vida arrodillada.
Néctar para el alma, licor de ensueño,
soplo de vida, manjar y movimiento,
de un mundo que acelera y que te ignora.
Ilusión del famélico, aliento al sensato,
milagro en el humilde y en el niño
sorprendido que tu melodía aplaude.
Ayer soñé que estabas viva,
bajo el limonero acurrucada
junto a la fuente me decías
"Volverá la poesía a tus adentros".
Comentarios
Publicar un comentario
Necesitas estar registrado para comentar.Iniciar sesión